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jueves, 9 de octubre de 2014

Club de madres primerizas estresadas y altamente preocupadas por el bienestar de sus hijos

Por fin llegó el día de ir a la ciudad de las ciencias y las artes de Valencia, la ciudad más viva del mundo! Mi amiga Dalyeris, Gabriela y yo desayunamos como tres reinas, nos pusimos ropa cómoda pero con estilo y fuimos en busca del metrorbital, ese autobús que teníamos en frente del hotel donde nos hospedabamos y que nos llevaba directo y en vivo a la CDLCYLADV (ciudad de las ciencias y las artes de Valencia). Estábamos ilusionadas por el gran día que íbamos a pasar!

Una vez dentro del bus vimos a una chica joven de aspecto muy desaliñado que daba unas voces exageradas para intentar controlar a dos niñas mellizas de unos dos años, y que como niñas al fin no paraban de moverse.  La joven mamá tenia aspecto de no haber dormido bien en varios días o en varios meses,  las que somos mamás sabemos lo que significa eso,  me quedé un rato observando y pude ver lo siguiente:

La chica era de pelo castaño oscuro pero lo llevaba rubio, con aproximadamente cuatro dedos de crecimiento, una mini falda, lo cual es poco práctico cuando tienes niños pequeños por razones obvias, una camiseta que dejaba entrever parte de la chicha que cubre los riñones,  y además tenia una especie de dermatitis en codos y parte de la cabeza, que parecía producto de los nervios. Gritaba de manera descomunal en proporción con lo que estaban haciendo las niñas, la gente con cada grito se volvían a mirarla. 

Es muy difícil mantener la compostura cuando tus hijos te están sacando de quicio, cuando hacen alguna pataleta o cuando se tiran por el suelo, no hacen caso cuando los llamas o se van corriendo en dirección contraria,  pero eran las 11 de la mañana, quedaba mucho día por delante y no quiero imaginar como estaría a las 19 hrs.

No pude evitar sentir una pena profunda por ella ya que pertenezco al club de madres primerizas estresadas y altamente preocupadas por la salud, el bienestar y la educación de los niños sin renunciar a la diversión. Esta mamá no se estaba divirtiendo en absoluto, y yo empecé a especular sobre ella: quizás era una madre soltera que estaba hasta el moño de no tener tiempo para ella, ni siquiera 10 minutos,  puede que al estar de vacaciones y tenerlas las 24 horas ya estuviera agobiada de antemano, también podría ser que durante el desayuno la hayan liado poniendo a su mama sumamente nerviosa (lo digo por experiencia, dar de comer a Gabriela es un trabajo muy duro); podría ser también que fuera una familia tradicional compuesta por madre y padre, pero que el padre por motivos laborales estuviera ausente y desentendido de los cuidados de las pequeñas, podría ser que no estuviera pasando un buen momento en todos los sentidos, pues la vida es bastante dura, pensé en miles de posibilidades para intentar entender su comportamiento, además influye el carácter, temperamento y educación. .. y otros tantos factores. 

Normalmente por el camino de la vida con hijos todo el mundo te dice como debes tratarlos, como los debes educar, lo que tienes o no tienes que hacer, juzgan tus decisiones... Sobretodo aquellos que no tienen hijos y no tienen ninguna experiencia, ellos son los verdaderos expertos en Cómo has de cuidar, educar, corregir, alimentar, marcar, etc,  además saben cual es la actividad que debes hacer con ellos, en qué emplear tu tiempo libre y tu dinero.  A veces tengo ganas de decir: tienes hijos?  No?  Pues no opines acerca de lo que no tienes ni la más remota idea.

Nunca falta la persona comparativa que cree haber hecho una auténtica obra de arte con la educación y el cuidado de sus hijos y por lo tanto tú y todo el mundo conocido hasta el momento deberían hacer exactamente lo que hizo esa persona, creo que ya sabéis de quien estoy hablando, sí, ese amigo o amiga que tiene la respuesta a la pregunta que nunca le has hecho, ese que su hijo caminó con 9 meses y con 10 meses ya elaboraba frases complejas y conjugaba verbos, esa persona que sabe exactamente lo que le pasa a tu hijo según el llanto que tenga, ese listo que te mira mal cuando tu hijo se planta en plena calle y te hace un berrinche, esos expertos en hacerte sentir mala madre e incluso mala persona por hacer callar a tu hijo con un grito o por darle helado de postre por la noche y dejar que se ensucie todo lo que le quiera. Nunca falta ese "gran amigo" al cual mandarías amablemente a la casa de su madre o a Finlandia. 

El caso es que aquella chica no debía ser mucho más mayor que yo, puede que incluso más joven, y aparentaba mi madre. Estaba estresada y agobiada y las niñas nerviosas, parecía un círculo que se autoalimentaba: la madre estaba agobiada y por eso gritaba y las niñas estaban nerviosas por los gritos de la mamá y por lo tanto se portaban mal.

Mi amiga me preguntó que si yo creía que esa chica iba a la ciudad de las ciencias y las artes con las pequeñas, yo me quedé pensativa porque no me la imaginaba allí.  Cuando bajamos salimos de duda, nosotras nos dirigimos al museo y la chica con sus nenas al centro comercial, el mejor sitio para distraerse con niños pequeños (léase la ironía).

 En fin, cada uno lleva su vida como mejor puede, lo importante es aprender a pedir ayuda cuando sea necesario y a valorar la que tienes, a identificar los problemas para intentar solucionarlos y, sobretodo, a intentar mejorar cada vez más por tu propio bien y por el bien de tus hijos. Sus ojos estarán siempre puestos sobre sus padres como un ejemplo a seguir, y de nosotros depende de cómo queramos dar ese ejemplo.

Nunca pierdas la ilusión por verlos sonreír, nunca te ciegues por el estrés hasta el punto de olvidar que son niños inocentes y que te quieren sobre todas las cosas del mundo, y que pase lo que pase te seguirán queriendo. Tampoco renuncies a la diversión con ellos, disfrútalos, celebra sus pequeños y grandes triunfos y dale consuelo en sus pequeñas derrotas, intentemos no minimizar sus problemas, comunicarnos mucho con ellos y, lo más importante  es darles muchísimo amor, todo el cariño que podamos, porque el tiempo que se va no regresa.

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