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miércoles, 24 de agosto de 2016

Ragú. Cocina tradicional napolitana.

Muchas veces me preguntan por qué me gusta ir a tal o cual sitio o con tal o cual persona.  Qué factores influyen para que quieras repetir? Por qué te gusta tanto ese sitio?

Un día en la clase de atención al cliente la profe preguntó por qué la gente iba a comer a un sitio y luego no volvía más. 
Yo le respondí que si hay dos millones de restaurantes en Barcelona,  lo normal es ir cada vez a uno distinto,  a no ser que uno de ellos te impacte de manera que desees volver.  Lo que incluye para que yo quiera volver a comer a un restaurante,  bar,  o garito de copas,  o bien, ir y volver, una peluquería o tienda de barrio,  lo explico en la siguiente lista,  de más importante a menos importante:

- Me encantan los sitios donde se me atiende bien,  ese punto exacto entre respeto y familiaridad.  A partir de X día,  empiezan a llamarte por tu nombre,  por ejemplo desde el primer día que pagas con tarjeta y se fijan en tu nombre (sin caer en el pelotismo, o lambonismo, como lo queráis llamar). Si te llaman por tu nombre es muy fácil que te sientas acogido, y que cuando te sientas indeciso o no tengas ganas de pensar mucho,  por inercia vas donde ya te conocen. Y que te reciban bien,  no penséis que soy muy diva,  a todo el mundo le gusta ser bien recibido,  vas a un restaurante no sólo a comer algo rico sino que también vas a despejar tu mente y a pasar un rato agradable en buena compañía, o en compañía de ti mismo,  esto también lo hago a veces. 

- Los camareros y las camareras son amables, no ponen caras raras cuando preguntas por algún plato,  y te tratan con naturalidad;  también es importante que te ayuden a elegir y que te den soluciones u opiniones si ven que algún ingrediente no te resulta familiar o no te gusta. Me gusta tratar bien a la gente cuando trabajo de cara al público,  y en mi vida diaria también,  nunca sabemos si una persona necesita una sonrisa cálida, un saludo amable,  siempre que podamos mejorar su día,  estaremos en el camino correcto, pues de igual manera me gusta que me traten.  Si un restaurante tiene una buena comida,  pero te tratan mal,  difícilmente recuerdas lo bueno que estaba,  somos así,  asimilamos las experiencias negativas y dejamos que determinen el momento.  Yo disfruto igual de la comida,  y quizás regrese algún día,  pero siempre recordaré el mal trato por parte del personal en cuestión. Y pierde mucho encanto. 

- La relación calidad precio también es un factor importante,  para que te hagas cliente asiduo debes poder permitírtelo, no estoy hablando de que sea tirado de precio,  sino que pagues lo que es justo.  

- Para qué nos vamos a engañar? La comida tiene que estar muy buena y las raciones deben ser acorde con lo que debe comer una persona adulta,  no? 

- Platos innovadores,  pero que mantengan la esencia y el sabor de los ingredientes.  Me encanta que los/as cocineros/as lo hagan con cariño,  mimando los ingredientes,  y que estos sean de buena calidad,  eso marca la diferencia entre un sitio u otro. 

- El lugar debe ser bonito,  acogedor y con encanto,  sino pierde mucho.  Es difícil entrar en ambiente si el sitio es horrible o está demasiado recargado.  Los detalles son importantes para elegir la decoración. Siempre menos es más. 

El caso del Ragú he de decir que lo que más me gusta, a parte de todo lo mencionado anteriormente, es el hecho de que sea un lugar polivalente,  tiene varias caras.  Yo lo conocí por mi amiga Dayté, en enero de este año,  justamente cuando hacía más frío dentro y fuera de mí.  

Fui a un aperitivo italiano que hacen los miércoles y viernes de 19 a 21h, música (muchas veces dj en directo),  copas y bufet libre de tapas italianas,  deliciosas!  Un afterwork en toda regla,  un buen punto de reunión para pasar un rato agradable con amigos,  hacer nuevos amigos,  como fue mi caso, y a la vez probar platos cuidadosamente elaborados. 

Megustó tanto que fui otro día con mi amigo Jordi y Naomie, con tan buena suerte que se nos añadieron Dayté y su hija Daniela, esa niña es una delicia,  es como Gabi pero más mayor,  y cuando se juntan... arde Roma.

Ese día cenamos en el salón de arriba,  cuidadosamente decorado con unas fotografías de autor muy especiales,  el ambiente cambia bastante.  Fue una cena informal y bastante sabrosa.  Ahí probé el Ragú, que es carne cocinada durante seis horas a fuego muy lento con una exquisita salsa de tomate y especias,  seguro que no lo he descrito tal como es,  pero no tengo palabras,  también comimos unas berenjenas muy ricas, un tinto para acompañar y los postres,  tarta de chocolate y tiramisú. Una noche de lo más agradable. 

Otro día fuimos Naomie y yo a medio día,  tenía muchísimas ganas de probar el menú de mediodía, siempre lo leo en Facebook y se me hace la boca agua,  un día había quedado con ella para comer y se lo propuse,  como siempre nos atendieron muy bien,  y la comida estaba deliciosa,  a un precio razonable. 

En otra ocasión fui con mi amiga Abby, su bebé y la Gabi a medio día,  comimos en la planta baja,  que es más cómoda si vas con niños muy pequeños,  y nuevamente me sorprendió el chef,  y mi amiga que es muy especial con la comida,  quedó encantada y me dijo que quería repetir. 

Hace poco fui con un amigo napolitano, porque quería enseñarle el lugar, para que se sintiera cómodo como en casa, y quedó maravillado con la autenticidad del lugar y la calidad de la comida, repetiremos seguro. Y tu? Te atreves a probar?

He ido repitiendo porque es un sitio del cual me gusta presumir, y el dueño es un encanto de persona, trata a todo el mundo con la familiaridad napolitana. 😊

Casi un año después, se ha convertido en un buen lugar de reunión entre amigos, para comer o cenar con la familia o en pareja,  hay mesas súper cucas y románticas,  y también para ir a comer con las amigas en plan terapia de la risa. Imprescindible.

miércoles, 17 de agosto de 2016

Recordatorio: pirámide alimenticia. Recuerdos, todo vuelve a la normalidad

Aquí salgo toda redonda, con mi nena en brazos, aquel verano del 2010

Estilos de vida saludable: nuevas recomendaciones de la pirámide nutricional SENC 2015 
 Cuando hablé con mi amiga Mariam, me dijo que estaba muy preocupada porque no había recuperado su peso, después de haber tenido al bebé, que tan solo tiene 5 meses, hace seis años, hubiera dicho que tiene razón, que ya era hora de volver a su peso ideal, bueno, no lo hubiera dicho para no herir sus sentimientos, pero sí lo hubiera pensado. En la misma conversación me dijo que si podría escribir sobre el tema en el blog, porque según su opinión, yo siempre estoy estupenda, su opinión, porque todas tenemos nuestros complejillos, y yo no me encuentro en mi mejor momento actualmente, pero quiero encontrar el modo de animarla, y de paso explicar mi experiencia después de tener a mi bebé, ha pasado ya mucho tiempo, pero recuerdo esa sensación de no reconocerme en mi propio cuerpo.

Recuerdo que cuando me quedé embarazada estaba contenta porque no tenía pensado engordar tanto, ya que mi hermana después de tener a mi sobrino se quedó con el mismo peso, delgada y guapísima, mi madre tuvo cuatro hijos y siempre fue delgada, como un espagueti, y por genética, me tenía que haber tocado esa misma suerte, así que no me preocupé por ello; de hecho, durante los primeros dos meses perdí peso, lo que me resultó raro, no tenía apetito, y bueno, pensé que seguiría esa racha, pero cuando recuperé el hambre, fue demasiado tarde, empecé a ganar peso, y con las navidades de por medio... luego pensé, bueno, no sé cuando tendré la oportunidad de volver a estar embarazada, así que a disfrutar, en realidad, soy muy comilona. Para resumir, 19 kilos ganados durante el embarazo, es que fue largo, 42 semanas, esa es mi excusa, además en la última ecografía me dijeron que la niña estaba flaquita, y me dio mucha pena, pensé en mi nena y bueno, habían unos tarros de helado de vainilla con nueces de macadamia, una cosa llevó a la otra.

Después del parto, y del tormentoso post parto, en el que casi me dejo la vida, al final, cuando me dieron el alta, seis días después, y al cabo de un mes, cuando conseguí darle el pecho con regularidad y sin dolor, quería recuperar mi peso. Me veía gorda y cansada, porque lo estaba, gorda y cansada, y a penas me veía guapa, además el padre de mi hija me lo recordaba, estás gorda, me decía, a ver si te apuntas al gimnasio, sí, ya sé lo que estáis pensando, es muy fácil para los hombres tener un hijo cuando su cuerpo no sufre el más mínimo cambio, durante ni después del parto, cuando no te juegas la vida dando vida, no es lo mismo mamá que papá, digan lo que digan.

Decidí apuntarme al gimnasio, pero tenía 12 quilos que se resistían, estaban ahí, repartidos entre las enormes glándulas mamarias para alimentar a mi Miniyo, y el resto de mi cuerpo, quería por todos los medios volver a sentirme yo, guapa, sexy, en definitiva, yo misma.

No era capaz de hacer dieta, y la gente me decía que si daba pecho perdía peso más rápido, que si tenía que hacer dieta de nosequé, en fin, la gente decía muchas cosas, pero la que se sentía mal era yo. Pasados unos meses empecé a ir a clases de pilates con una profesora venezolana muy agradable, me fue genial, en seguida empecé a notar las piernas más fuertes y estilizadas, y, aunque no perdía peso, estaba tonificada, y me fué genial para fortalecer el suelo pélvico, que queda debilitado después del parto.

Ese verano empecé a sentirme un poco mejor, seguía con el mismo peso, pero había encontrado algunos pequeños cambios para sentirme mejor:

- Me corté el pelo y cambié el color. Un cambio de look me vino genial para subir el autoestima, no todo depende del peso, también el cuidado personal es muy importante.

- Encontré la fórmula para vestirme acorde, potenciando las partes con las que me sentía más cómoda, y disimulando las que quería esconder un poco. Por ejemplo, unos pantalones cortos con una blusa ancha, y algo de tacón, no mucho, porque me dolía bastante la espalda; una blusa escotada pero suelta en al parte de la barriga, y unos tejanos más ajustados. el secreto está en buscar lo que mejor te sienta en la actualidad, mientras recuperas tu figura, sin prisas, sin obsesiones.

- Salía con mis amigas una vez por semana, a tomar café, a desayunar, a cenar o de compras. Eso siempre me ha ayudado, estar con mis amigas riendo y compartiendo momentos inolvidables. Cuando eres mamá de un bebé, todo tu tiempo está volcado en esa criatura que tanto te necesita, pero sigues siendo persona, y necesitas tiempo para ti, necesitas sentirte mujer además de mamá. Tiempo después, el padre de mi hija me lo echó en cara, cosa que demuestra un egoísmo enfermizo, es muy importante que la persona que está a tu lado sea comprensiva y nada acaparadora.

- Keep Calm & baño relajante: Era un momento para mi, no podía hacerlo cada día, pero en cuanto podía, me llenaba la bañera con aceites y sales, mascarilla reparadora para el pelo e hidratante para la piel. Tenía que buscar la manera de sentirme bien conmigo misma, me lo había ganado.

- Hablaba mi preocupación con la doctora, la profesora de pilates y mis amigas. La doctora me decía que tenía que intentar hacer dieta rica en fruta, verduras, pescado y lácteos, por la lactancia; la profesora de pilates, en cambio, me dijo que no me agobiara, que el cuerpo necesita un año para recuperarse por completo, pero que a partir de los ocho meses es cuando realmente se empiezan a ver resultados importantes, que era bueno cuidar la alimentación y hacer algo de deporte, pero por salud, sin desesperos, y la verdad me transmitió mucha tranquilidad; mis amigas, en cambio, me decían que estaba estupenda como siempre, y que tenían envidia del escote que me había quedado, tan perfecto (las quiero muchísimo).

- Intenté ver que era una etapa que tenía que pasar, transitoria, y que en algún momento llegaría a ser yo misma otra vez. Así que continué disfrutando de mi niña, era la criatura más adorable que había visto nunca.

Mantuve la sonrisa, cuando me empecé a encontar bien, tardé bastante en recuperarme después del parto, todo empezó a marchar mejor. Yo creo que con paciencia y mucho cariño, todo llega. Nuestro cuerpo es maravilloso e inteligente, y si lo cuidamos sabe como agradecerlo.

Cuando quise darme cuenta, ya había perdido diez de los doce kilos demás, sin mucho esfuerzo, más bien con poco esfuerzo, un poco de ejercicio y dieta equilibrada, y con la cabeza tranquila, sabiendo que algún día todo iba a volver a ser como antes.

En el inicio del post aparece la pirámide de la alimentación, creo que deberíamos tenerla todos en cuenta, ya que un estilo de vida saludablees bueno para todos, no solo para las que quieran perder pedo después del parto, sino para todo el mundo, y también sería una idea maravillosa enseñar a los niños a seguirla, ya que los hábitos que les enseñemos ahora será su seguro de vida para mañana.

Dicho todo esto, quiero decirte querida amiga, que no te agobies, sabes que eres HERMOSA, y tienes dos nenas maravillosas, y eres muy joven, tu cuerpo volverá a ser el que era, mucho más fuerte.
Yo te diría que dediques tiempo a tu cuidado personal, sin desesperos, sin prisas, ES IMPORTANTE QUE TE SIENTAS BIEN CONTIGO MISMA, QUE TE QUIERAS, TE MIMES, TE DEJES QUERER Y TE DEJES MIMAR, y disfrutando de ello, dedica tiempo a preparar platos sanos y sabrosos, intenraré buscar algunos enlaces de recetas para dejarlos aquí. Espero que todo esto te haya ayudado, y te pido disculpas por la tardanza, pero no encontraba la manera de abordar el tema.




- Dieta para personas con problemas en la vesícula:
http://www.remediospopulares.com/dieta_para_las_personas_con_problemas_en_la_vesicula.html


- Información sobre cálculo biliar:
https://hablandodenutricion.com/2014/06/06/dieta-sobrepeso-y-calculos-en-la-vesicula-biliar/


- Pirámide de la alimentación, versión actualizada:
 http://www.efesalud.com/noticias/estilos-de-vida-saludable-nuevas-recomendaciones-de-la-piramide-nutricional-senc-2015/

Y SI TODO ESTO TE SABE A POCO, PÍNTATE LOS LABIOS Y SUÉLTATE EL PELO.

sábado, 13 de agosto de 2016

La verdadera historia de por qué estuve en el hospital del Vall Hebrón

ULa semana pasada publiqué en Facebook unas cuantas fotos de cuando estuve ingresada en el hospital.

Primeramente quiero dar las gracias a mis familiares y amigos por todas las muestras de cariño recibida.  Especialmente a mi mamá que venia a darme un par de charlas,  pero cuando necesitaba ayuda, allí estaba.  Mi hermana me trajo de contrabando un cruasán de chocolate,  que normalmente no me apetece, pero estaba ahí con mi dieta baja en calorías,  y necesitaba algo para compensar. Pero Mike se merece una mención especial,  porque no sólo estuvo dándome ánimos desde lejos,  pues estaba de viaje,  sino que cuando volvió,  a petición mía,  me llevó un arsenal de chocolatinas varias,  para hacer más agradable mi estancia.

 Mi padre me subía café con leche de la cafetería,  porque el del hospital no vale para nada. Mi amiga Yeris me trajo toda su alegría,  me hizo unas trenzas y un masaje en las piernas. Mi primo Alex también me hizo una grata compañía.  Mis tíos Samuel y Yeni me trajeron a la Cookie de visita,  ya que se la quedaron todos los días del ingreso, por lo que yo estaba muy tranquila.  Los pastores de la iglesia también me hicieron un par de visitas. Y los que no estuvieron presente,  estuvieron con sus mensajes, como mi amiga Gleny, que cada mañana me mandaba un mensaje de buenos días, al igual que Kem desde Menorca.

Quiero también agradecer a el equipo médico por empeñarse en buscar la raíz del problema,  por mi salud,  o porque soy un caso digno de estudio :).

Era mi primera semana de vacaciones,  y ya tenía un ingreso programado,  lo que en principio eran dos días,  se convirtieron en cuatro.

Los que me conocéis de mucho tiempo sabéis que tengo la tensión arterial alta,  y hasta aquí normal,  pero el problema es que ni aún con medicación se estabiliza, entonces hay riesgo de que pase a mayores.

La doctora que me trata ahora,  una endocrino,  fue la que me hizo abrir los ojos,  me dijo que la tensión me iba a matar si no me lo tomaba en serio,  y la verdad es que ni me hace mucha gracia eso de irme tan joven,  porque tengo mucho que hacer aún.

La doctora me ha hecho varias pruebas y análisis para ir descartando posibles daños que ya se hayan ocasionado por la tensión,  y después se propuso,  por sus ovarios,  buscar el origen;  no como mi doctora de cabecera que me tenía como conejita de indias probando pastillas. 
En esas pruebas en busca del origen,  salió una luz, algo que indicaba que la glándula suprarrenal,  esa que se encarga de gestionar el estrés (mi hermana lo miró en Google), está pasada de vueltas.  Al parecer una persona no puede vivir durante un largo período con un nivel de estrés emocional sobrehumano sin que le pase factura de algún tipo,  y la mía ya la estoy pagando. Es uno de los motivos por los que hace tiempo decidí vivir siempre happy pase lo que pase,  porque aunque eche sobre mis hombros el peso del universo, hay miles de millones de cosas que no están en mis manos.

Para comprobar si el problema es la glándula suprarrenal tenía que hacer varias pruebas,  y no me dejaban hacerlas en casa.

Entre todo lo que me hicieron (electrocardiograma, control de tensión, oxígeno y temperatura, fondo de ojos, analíticas y tal) lo peor que recuerdo fue entre la noche del lunes y el martes.  Tuve que estar en la cama sin moverme desde las 23h hasta las 13h, que al final fue hasta las 14.40h. El problema es que para hacer pipí tenía que usar una cuña,  pero yo tengo un trauma de cuando di a luz,  intenté hacerlo con la cuña y no pude,  y como no pude, pues me sondaron, la peor experiencia de esos días.  El caso es que la prueba consistía en mantenerme en la cama y ponerme vía intravenosa dos litros de suero, y eso,  sumado a lo meona que soy,  me hizo pasar un muy muy mal rato.  Estaba en ayunas,  y no me importaba,  solo necesitaba levantarme para ir al baño.  Iba pensando durante toda la mañana: tranquila,  a las 13h se acaba,  no te preocupes, aguanta un poco más...

A las 13h estaba inflada como un globo,  tenía un dolor terrible,  y pedí que por favor me hicieran la extracción para poder levantarme.  Me dijeron que si,  que ya venían,  pero no venían,  yo estaba respirando como para calmarme, pero al cabo de casi 45 minutos ya no podía más,  le dije a mi madre que fuera a preguntar cuando venían,  que ya llevaba rato.  Me sentí tan deagraciada allí tirada en la cama,  que empecé a llorar silenciosamente,  pero poco a poco se convirtió en llanto nervioso,  vino verme la enfermera y me preguntó qué me pasaba,  y le expliqué que ya les había dicho que no podía hacer pipí con la cuña y que tenía que hacer.  Ella entendió que no podía de ninguna manera,  y por las horas de retención,  se asustó y mandó a buscar a la doctora para sondarme, a esa altura de la película ya me daba igual. 

Todos me decían que me tenía que calmar porque sino era peor, pero ya se había abierto el grifo,  y no quería contenerme,  luego me di cuenta de que al verte así todos corrieron,  de haberlo sabido lo hago antes,  a veces no hay que ser tan comprensivos.  Al final no habían venido a la extracción porque faltaba un tubo especial que no llegaba,  y al enfermero que me estaba atendiendo no se le ocurrió la idea de extraer en los tres tubos que tenía,  y guardar una jeringa llena para el otro tubo,  tuvo que venir una enfermera para hacerlo. 

La doctora se quedó hasta que pude ir al baño,  seguro que quería sondarme. Luego me pidieron disculpas por el mal rato.  Todas las demás pruebas fueron inofensivas e indoloras. Menos las extracciones,  seis pinchazos lo confirman,  y esa vía permanente que hasta que no salí por la puerta no me la quitaron.

Por todo lo demás,  comida de hospital,  dolor de cabeza leve,  dormir con ruido y tiempo para pensar.  Ahora nos vamos de vacaciones,  porque nos lo hemos ganado,  y porque podemos.  Espero poder relajarme y escribir muchos posts que tengo pendiente.

Disfrutad de la vida,  y cuidad de la salud,  como dice la Cuca, la salud es lo más importante.

Aquí dejo un par de fotos. Nos vemos!