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miércoles, 28 de mayo de 2014

Tiempo pluscuamperfecto

Yo había sido feliz.  Esta foto es muy antigua, data de la semana santa del 2012, en un viaje que tenía como objetivo recuperar lo que habíamos perdido; aquello que ni yo misma sabía que había perdido irremediablemente, y que poco después pude comprender mejor.

No me arrepiento, pues de mi parte hice todo lo que pude y más.  Aún así, en aquel momento, en aquella playa de Colloiure fui inmensamente feliz!

Una felicidad transparente, no dependía de las personas ni de las cosas.  Era una felicidad sincera aunque estaba rodeada de mentiras,  aquel momento, aquellos días fueron buenos.

Aquellos días me dieron fuerza para seguir adelante, para seguir luchando contra corriente en una batalla que ya estaba perdida.  Esta vez, Goliat venció a David,  pero no le mató, no le cortó la cabeza.

Más adelante David se levantó, tardó mucho en curar sus heridas, y sanó. No sólo sanó y se fortaleció, sino que también aprendió a que él no era un mata gigantes solo por el hecho de haber matado a uno una vez, sino que cada gigante es distinto, cada uno necesita una estrategia diferente y mucha dedicación.

Ahora deseo volver a esos días de playa y de despreocupación. Dejar que el sol caliente mi piel, y que el mar sustituya esos malos recuerdos por unos de un azul profundo.

martes, 27 de mayo de 2014

Las voces del desierto

Día de lluvia y sol en Barcelona.  Un lunes lluvioso es lo más insoportable que se pueda imaginar.  Ya es bastante duro enfrentarte a un lunes a las 7 de la mañana, como para encima tener a la lluvia cantando una nana para que no puedas levantarte de la cama.  Lo dicho, día de lluvia y sol, porque después de diluviar sobre la ciudad condal, salió un sol deslumbrante cuando nadie lo necesitaba, al menos yo.  Ni toda esa gente que sale de casa por la mañana y no regresa hasta bien entrada la tarde.

Cuando estaba a punto de salir, decidí no llevar la tablet, por la lluvia (por la lluvia y porque está descargada). Entonces elegí un libro de papel... sí, aún existen libros de papel, y no recordaba la sensación de pasar página.

La fortuna cayó sobre "voces del desierto" de Marlo Morgan.  Empecé a leer este libro en noviembre de 2008, en el capítulo 8 lo dejé porque empecé la trilogía Millenium (los hombres que no amaban a las mujeres, la chica que soñaba con un bidón de gasolina y una cerilla, y la reina en el palacio de las corrientes de aire.  De Stieg Larsson, en catalán), para cuando la terminé empecé a leer el segundo y el tercero de Carlos Ruiz Zafón de "la sombra del viento". En fin,  como tantos otros libros que tengo inacabados, ahí estaba.

Puede ser que aquel no era su momento, no tocaría la fibra sensible de mi corazón, pues para aquella época yo era muy feliz, o al menos eso creía y eso vivía. Hoy, después de muchos palos de la vida,  muchos errores y equivocaciones, pasos en falso, tristezas profundas, estados de ansiedad y grandisimas desilusiones;  después de chocar una y otra vez contra la roca.  Después de consumirme en llama viva de fuego y volver a renacer como el ave Fénix de mis cenizas, para volver a quemarme y repetir la experiencia... etc.

Seis años después he retomado esta lectura, he releído el capítulo en el cual me había quedado,  y en el último párrafo  encontré esta joya:

"Tenía que aprender a perdonarme a mí misma y aprender del pasado, en vez de juzgarme. Ellos me demostraron que lo fundamental era aceptarme, ser sincera y quererme a mí misma para obrar de igual manera con los demás."

La clave es aprender, aprender y aprender.  Tengo que hacer las paces conmigo misma.

Recomiendo esta lectura, tanto si tienes el corazón desgarrado como si no.  Por necesidad o por ocio, o simplemente por curiosidad.
Sé que leyendo este libro no me voy a curar ni será un remedio eficaz, sólo Dios puede hacer un milagro en mi vida,  pero al menos mientras lo esté leyendo no tendré en mente mis penas.

Tranquila estoy, pues aunque ahora esté como Marlo Morgan, pasando por el desierto, una cosa tengo clara: todo pasará, porque todo pasa

miércoles, 14 de mayo de 2014

Relatos, otro de libros

Hacia muchos días que no dedicaba unas letras a mi blog!! Y no es que me haya olvidado, sino que no había encontrado el momento adecuado. 
Durante estos daos me he dedicado a leer "pequeños cuentos misóginos", de Patrica Highsmith (creo que se escribe así), el caso es que después de "la isla de las mil fuentes", un relato histórico romántico apasionante y muy intenso, tenía ganas de algo más liviano, algo fresco y con algo de humor. Hace cosa de un año alguien, no recuerdo bien bien quien, me recomendó "extraños en un tren", de la misma autora, y cuando me descargué éste, también me llamó la atención el de los cuentos misóginos. 

Según la reseña, son pequeños relatos lleno de personajes creados con la corrosidad de un ácido, destaca lo más perverso del género humano, ya que los personajes masculinos tampoco salen bien parados. 

Algo así dice la reseña, a mi, particularmente me encantó. Es una parodia exagerada, explicada con mucha naturalidad, que te sorprenden y te hacen reír a la vez, de lo inverosímil pero a la vez realista de las diversas situaciones. 

Al leer estos cuentos, me acordé del libro "Dones" (mujeres) de Isabel Clara-Simó, o de "Criaturas" de Donna León, "Mil cretins" de Quim Monzó, y "Cuentos blancos" de Montalbán. Éste último, aún no lo he terminado.

La ventaja de los pequeños relatos es que no te encadena a una historia interminable, sino que puedes jugar a los cuentos y seleccionar los que prefieres recordar y los que quieres explicar a alguien como ejemplo de lo mucho o poco que te gustó el libro, y por poco que te guste siempre hay una historia que te marca por encima de las demás, y que hace que recuerdes por los siglos de los siglos el libro. 

En el caso de los cuentos misóginos no tengo uno favorito, tengo varios: la paridora, la coqueta, la señorita perfecta, uno que no me acuerdo como se llama, pero que yo le pondría la mojigata... Y el que más: la perfeccionista.

Sí tienes ganas de leer algo nuevo, que te divierta y te haga olvidar un poco los dramones y las complicaciones de la vida, te lo recomiendo.
Es un libro que empiezas a leer, y cuando quieres darte cuenta ya lo has terminado.

Ahora estoy sumergida en "Del amor y otros demonios" de García Márquez, hacia años que no leía nada suyo, desde "La mala hora", o "Memoria de mis putas tristes", no recuerdo cual de los dos fue el último, el caso es que vuelvo a sentir la familiaridad de sus relatos, ese mundo que sólo él sabía crear, en el cual no cuesta nada sumergirse y habituarse a sus calles, paisajes, personajes y lenguaje único.