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lunes, 20 de julio de 2015

Es un genio!

Quiebro dedicar la entrada de hoy a mi primo Alex,  es un auténtico genio, y no lo digo porque sea mi primo querido,  el más guapo del mundo,  sino porque en 2 minutos resolvió una cuestión que me estaba dando quebraderos de cabeza desde hace un mes.  Voy a contar la agridulce historia con final feliz en 3, 2, 1..

El día 18 de mayo por enésima vez me disponía a rellenar el formulario para obtener el permiso para viajar a Estados Unidos (ESTA). Desde la primera vez que empecé a rellenarlo en febrero hasta mayo habían pasado unos acontecimientos lamentables, pero por fin, tenía todos los datos en orden: pasaportes vigentes,  dirección del alojamiento en USA anotada junto con los datos, teléfonos y tarjeta de crédito ready...

Relleno el formulario con todas las preguntas y después de corregirlo 100 veces,  hago el pago de 14 dólares y le doy a aceptar.  Salgo de la página cuando me marca que está aprobada mi solicitud,  y repito la misma operación con los datos de la niña y, finalmente, cuando me dice que también está aprobada salgo por completo de la página y me dedico a esperar el email de confirmación.

El email nunca llega,  jamás.  Al cabo de un mes,  cuando tenía que empezar a buscar billetes de avión,  me empiezo a preocupar un poco bastante,  entonces entro en la página para intentar recuperar mi ESTA,  pero para mi sorpresa cuando introduzco el número de pasaporte me dice en letras rojas "no found"... vale, tranquila, revisa los datos otra vez,  quizás te has equivocado transcribiendo los números de pasaporte, los apellidos, las fechas de nacimiento o la nacionalidad -me decía a mí misma antes de que cunda el pánico.

No,  todos los datos estaban perfectamente.

Mi hermana trabaja como "free lance" para una agencia de viajes, y ella era la encargada de buscarnos billetes.  Intentó recuperar la ESTA por activa y por pasiva y tampoco pudo.  Mike con el ordenador y la tablet también lo intentó.  Mi desesperación iba in crescendo cuando me aconsejaron hacer una nueva,  entonces fui al cajero para buscar el recibo que, efectivamente, estaba pagado.

Me daba rabia volver a pagar,  pero era preferible eso para evitar problemas a la hora de embarcar.  Así que me dispuse a volver a rellenar el tedioso cuestionario,  cuando ya lo tenía todo le di a aceptar como la primera vez,  para mi sorpresa me salió una pantalla que ponía: ya existe una aplicación aprobada y vigente con este número de pasaporte,  si desea continuar tendrá que volver a realizar el pago. Le di a cancelar,  había esperanza.

Volví a la página para recuperar la ESTA,  realicé los pasos que me pedían y nada.  Estaba rabiosa por no haber apuntado los datos en su momento,  pero ya era tarde para lamentaciones. Tenía que existir una manera humana de conseguirlo.

Cuando le expliqué a mi hermana me dijo que si la tenía denegada perdía el dinero de los billetes, que es mucho.

Cuando ella estuvo probando recuperarla con su jefe,  un hombre que lleva más de 20 años vendido billetes para todas partes del mundo y que tiene una de las agencias más importantes de Barcelona dirigida primeramente al público hispano, tampoco pudo.  Su respuesta fue: algo ha hecho mal.

Algo habrás hecho mal- me dijo mi hermana.

Que no!  Tengo la ESTA aprobada,  sólo tengo que recuperarla. Y me niego a pagar otra vez,  es una cuestión de principios.

Dicho esto,  empecé a hacerme una nueva otra vez,  pero cuando llegaba el momento de pagar cancelaba, porque no quería tener que pasar lo mismo,  y si la volvía a perder.

Ayer, así como el que no quiere la cosa,  le dije a mi primo que tenía un problema con la ESTA. Cuando le expliqué me dice- eso es muy simple, pon la página de inicio en inglés, y sólo pon el primer apellido y el número de pasaporte.

Tachán! ESTA recuperada,  y además me la traerá esta tarde impresa.  Ese chico es un genio! Siempre lo digo.

jueves, 16 de julio de 2015

Por fin jueves!

Ayer me levanté con la agradable sensación de que era viernes!  Había dormido como una reina, sin migraña y completamente... bueno,  había dormido bastante bien.  Cuando me desperté pensé: por fin es viernes (con una amplia sonrisa matutina). Me duró dos segundos la confusión,  no era viernes, era miércoles... pero, para mi sorpresa, seguía feliz, nada podía quitar esa sensación agradable.

A veces me pregunto por qué no puedo sentirme así cada día; por qué mi felicidad depende de tantos factores;  por qué...

La felicidad es un viaje largo,  no es un estado de ánimo,  y ya podéis empezar a criticarme por ser una optimista incurable, pero hoy por hoy si no tomas la decisión de ser optimista y buscar el lado bueno de las cosas,  casi nadie lo hará por ti.  La gente que siempre trae problemas, quejas y negativismo a la larga se convierte en una lacra.

A ver quien te devuelve todo el tiempo que pasas quejándote, hablando de temas negativos y desanimando al personal?  Cuando quieras hacer algo estarás tan paralizado/a que te resultará casi imposible;  son unos malos hábitos que se convierten en un círculo vicioso del que cuesta salir.

No cuesta nada decir a un amigo que no se preocupe que todo saldrá bien,  responder a los buenos días con una gran sonrisa, reírte de vez en cuando de algo absurdo...

Para acabar el día fuimos a ver la película de minions,  esos seres diminutos amarillos que buscan un malo malisimo a quien servir,  pero que tienen buen corazón y que se desviven por la familia,  casi todo se lo toman a risa,  pero en los momentos difíciles se apoyan unos a otros.

Dicho esto,  ya es jueves!