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jueves, 17 de diciembre de 2015

Una de cine: ocho apellidos catalanes.

Para empezar,  no es que me arrepienta de haber pagado el precio del cine de fin de semana por ver la película... pero me faltó una carcajada sincera.

Cuando fui a ver "Ocho apellidos vascos" con mi amiga Abby, nos reímos muchísimo,  cada tópico era exagerado, y para mi, una gran comedia, fresca, original y trabajada.  No trataba de grandes sentimientos, que los había,  sino más bien rondaba el absurdo,  y el absurdo como comedia es una pasada,  y se nota cuando está muy bien trabajado y se hace desde el cariño y desde la risa.

Rosa Maria Sardá, que normalmente me gusta mucho,  me pareció un poco floja.  Podía haber sacado més suc al papel de la iaia catalana.

Berto Romero me parece que está un poco estancado en sus papeles cómicos,  y me parece repetitivo.  No sé si querían dar un aire internacional,  porque casi todas sus frases las traducía al inglés en plan post moderno,  a mí no me hizo mucha gracia,  pero en conjunto no desentonaba.

Clara Lago tampoco me pareció excesivamente Nada. Pasa sin pena ni gloria en su propia película.

Karra y Carmen Machi creo que tuvieron un poco más de peso,  pero es que son grandes actores,  aunque creo que también podían haber dado más juego.

Los amigos sevillanos pintan más bien poco,  lo mismo que la guardia civil que no pinta absolutamente nada.

No sé si es que fui al cine con mucho expectativa, pero estando en Cataluña,  no podía faltar una persecución absurda por Barcelona, creo que encuentran el pueblo con demasiada facilidad,  yo quería más catalán en los diálogos... y así una larga lista.

Me fastidia soberanamente que me tomen por idiota,  y que,  aprovechando el tirón de una gran película como es "ocho apellidos vascos" me cuelen un producto hecho a toda prisa y con poca gracia. 

Yo no sé si realmente hacía falta hacer esta película,  según Mike,  es una película hecha para recaudar en taquilla,  con el precedente de la anterior,  no hacía falta matarse mucho para que la gente pague por ella. Una lástima,  ya que tenía todos los puntos para ser una excelente comedia.

La cuestión del racanismo catalán también podía haberse intensificado más,  así como en la primera se marcó mucho la cantidad bestial de comida que se sirve en el país vasco, doy fe de ello.

En fin,  no es que ahora me arrepienta de haber ido a ver esta película al cine en fin de semana,  porque me reí,  y la compañía era inmejorable,  pero esperaba un poquito más de por favor.

viernes, 11 de diciembre de 2015

Una de películas: hotel transilvania 2

Por primera vez en varios años pudimos disfrutar de la fiesta del cine!  Esos tres días entre semana que las entradas salen a 2.90€, un sueño hecho realidad para cualquier cinéfilo o cinero. En mi caso,  contaba los días,  era el primer año que no tenía que ir a trabajar.

Pero al planear el viaje a Madrid no lo tuve en cuenta, y no sabía si era un asunto de territorio nacional o sólo para Cataluña. Pero mi prima Melanie tenía esa misma preocupación pero a la inversa,  cuando me pidió que me registrara para la fiesta del cine yo ya hacía tiempo que tenía mi acreditación. 

Decidimos ir al centro comercial Príncipe Pío,  y la fila del cine estaba abarrotada! No cabía un alfiler.  Nosotras queríamos ver "la cumbre escarlata", y Gabi quería ver "hotel transilvania 2", porque decía que era una película infantil,  y con ese argumento ¿quien puede decir que no? Aunque no fuimos nosotras las que decidimos, sino el azar y el destino,  ellos quisieron que se acabaran las entradas para todas las demás películas,  menos para una que no me acuerdo,  y la susodicha. 

Gabriela ardía de emoción porque habíamos elegido su película,  yo iba con ganas porque soy una super fan de las películas de dibujos animados,  había visto retazos de la primera película en compañía de los niños del colegio donde trabajaba (nadie se hace una idea de lo mucho que los echo de menos) y me gustó.  Estaba segura de que iba a disfrutar, aunque sólo fuera viendo disfrutar a mi niña, pero no tenía claro si a Melanie le iba a gustar. 

Una vez dentro pude ver las primeras risas,  y ya me quedé más tranquila. 

Disfrutamos de un rato agradable, y la película no nos decepcionó.  Es la continuación natural de la primera,  y trata temas tan importantes como las parejas mixtas (diferentes procedencias y culturas), la familia política por ambos lados, cómo influye en las parejas el comportamiento de la familia,  y también nos muestra lo hermoso que es aceptar a cada uno tal cual es,  sin tener que cambiar tu esencia solo para que te acepten.  Algo tan importante como la llegada de un nuevo miembro de la familia, y todo lo que conlleva. 

Me gustó bastante,  y no por mi debilidad por los vampiros, sino porque es una comedia fresca y original para todos los públicos, combina lo clásico de la historia con elementos muy modernos. 

Muy recomendable.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Qué buena cara tienes! Lo que hace el maquillaje

Hoy me he levantado con unas ojeras increíbles! Pero me preocupaban poco,  ya que, por suerte o por genética,  por mala cara que tenga a primera hora,  siempre va a menos...

Me acosté a eso de las 23.00h, y me puse a leer,  ahora estoy con el tercer libro de la trilogía de Sarah Lark cuyo primer libro es "hacia los mares de libertad"  (a la sombra del árbol kauri es el segundo), y el tercero se llama "Las lágrimas de la diosa maorí". Cómo ya sabéis,  están ambientados en Nueva Zelanda,  aunque en el primer libro podemos ver Londres e Irlanda,  y una parte de Australia.  En este último nos meteremos en la guerra de los bóers, en África.  Pero no os quería hablar del libro!!!

Está comprobado, según mis propios estudios sobre mi comportamiento,  que cuando leo escribo más.  Hay una parte de mi cerebro que necesita descargar información,  ya que está recibiendo demasiada (eso creo), o simplemente es la necesidad de compartir y transmitir.

Me quedé hasta las mil leyendo, porque me iba diciendo a mí misma - va, un capítulo y ya está.

Me desperté media hora antes de que sonara la primera alarma que tengo,  supongo que por el mal sueño que tuve, no lo explicaré en público,  quien quiera saber de qué se trata que me pregunte en privado.  Pues cuando me levanté con la segunda alarma,  cansada y con sueño,  y me miré al espejo con mis super ojeras pensé: vaya cara nena.

En ese momento me vino a la memoria una frase que me dijo una chica pocos días atrás,  después de la cena de las mamis, al día siguiente tenía los efectos secundarios de la resaca, pero fui mejorando con los minutos,  me pasa siempre,  me despierto hecha un cromo y después mejoro. Ella me dijo: -Qué buena cara tienes,  lo que hace el pote (maquillaje en crema para tapar imperfecciones de la piel).- Iba con Mike en ese momento y me reí,  poco después nos sentamos a comer y él estaba furioso.  Dijo que por qué me había dicho eso,  que si no se había visto en el espejo,  que si tal, que si cual...

Yo seguía riendo porque ni siquiera me había maquillado ese día,  no porque por la mañana no me hiciera falta,  sino por pereza.

Mike, indignado por el comentario,  me decía que por qué las mujeres éramos tan crueles unas con otras,  y no es la primera persona que me lo dice,  al final voy a tener que pensar que es verdad...

Creéis que somos crueles?  Que siempre queremos ser la abeja reina de la colmena?  Que si no logramos llamar la atención favorablemente hacemos lo posible por hacer parecer mediocres a las demás?  Nos odiamos a muerte?  Las mujeres odian a las que son más guapas,  más inteligentes, más llamativas?  Solemos mentir para quedar bien en cuanto al aspecto físico de otra,  y luego criticamos por la espalda?

Si las respuestas son afirmativas en más de una pregunta,  argumenta.  Por qué crees que es verdad?

El tema principal no era este,  pero así pasa con la inspiración,  es muy caprichosa.  Feliz tarde!

martes, 17 de noviembre de 2015

Madrid, Madrid, Madrid....

Hace un mes publiqué unas fotos de nuestros viaje a Madrid. Hacía exactamente 6 años y tres meses desde mi última visita a la capital de España,  y desde hacía un par de años que me iba repitiendo que tenía que volver.

Aquel verano del año 2009 hice el viaje en circunstancias muy distintas,  con el padre de mi hija,  nos habíamos dado cuenta un mes antes de que estaba embarazada,  ya pasaba los tres meses y los malestares iniciales (ausencia de hambre) ya habían terminado.  Fue un viaje muy bonito,  conservo unos gratos recuerdos, y creo que eso me condicionaba un poco a la hora de volver. 

La vida cambia con el tiempo,  y tenemos que adaptar nuestra forma de vida a ello,  no podía permitir bajo ningún concepto que los recuerdos me amargaran la estancia en esa ciudad que tanto me gusta.

Bueno,  empiezo con el verdadero contenido de la entrada del blog.
Cada vez que voy a Madrid me hacen esta pregunta: Qué te gusta más,  Madrid o Barcelona?
Odio profundamente que me hagan esa pregunta,  nadie sabe hasta qué punto.
Por qué tengo que elegir? Por qué tengo que puntuar una u otra? 
Para nadie en el mundo es un secreto que Barcelona es mi ciudad,  la que me acogió hace 19 años y en la que he crecido (literalmente y como persona), pero por qué no puedo visitar Madrid sin que me hagan esa pregunta?
Madrid me encanta,  me sentí muy bien,  e incluso caminaba por sus calles como una ciudadana más,  y mira que el metro es un poco complicado,  pero si no me perdí en New York,  no hay ciudad en el mundo que se me resista.

Mis grandes descubrimientos:

Madrid Río... no sé exactamente si fueron los 23°c en noviembre,  un paisaje precioso,  un cielo azul o los más de 5 kilómetros desde Legazpi hasta Príncipe Pío (no los hice caminando). Pero yo sólo quería estar ahí,  un rato cada día,  el resto del día por la plaza del Sol,  rebosante de vida y cultura; o en la Gran Vía,  es mi calle favorita como buena urbanita, lo digo con la cabeza muy alta,  yo florezco en las cities, en el campo me pasa lo contrario, en la Gran Vía estuvimos todo el día de shopping con mi prima Melanie, tiendas y más tiendas,  os imagináis?  Se juntaron el hambre con las ganas de comer. Y hablando de comer,  fuimos al Vips,  en Barcelona sólo hay uno,  y está en la maquinista;  comimos como princesas,  y como tal nos trataron,  mi prima dice que debimos caerles muy bien porque en el postre nos pusieron ración doble de helados. Aunque para comida rica la que prepara mi tía Melania.

por la tarde noche el paso obligatorio por el espacio gourmet del corte inglés,  una impresionante terraza para tomar algo,  y dentro dispones de diferentes espacios para comer y beber, desde sushi hasta pinchos vascos,  y los mejores helados que he probado jamás.  Lo descubrí gracias a mi amiga Pilar y su marido, una amiga del instituto con la que compartí mucho más de lo que creía,  una maravillosa persona con una fantástica familia.

Y dentro del parque del Retiro Mike nos llevó a la Rosaleda.  Qué preciosidad,  rosas de todas las clases y colores que,  a pesar de estar en otoño,  un otoño atípico y espectacular,  estaban preciosas,  con olor a rosa auténtica,  no como las que compras en sant Jordi,  un olor que te embriaga y hace que lo veas todo más hermoso aún.

Paseamos por el retiro,  aunque ya lo había hecho muchas veces,  nunca con ellos,  Mike me descubría los rincones favoritos de su ciudad, y Gabi descubría algo nuevo,  con aquellos enormes ojos llenos de curiosidad,  no paraba de hacer preguntas.  Esa tarde la pasamos en grande,  y acabamos de tapeo por el centro.  Me enamoré nuevamente de una ciudad distinta siendo la misma.

Volviendo a Madrid Río,  es un espacio donde puedes hacer deporte,  pasear,  tomar algo,  patinar,  ir a jugar con los niños y no tan niños;  también justo en la zona de Legazpi se encuentra "el matadero", sí,  yo también puse cara de espanto recordando la descripción de un matadero hecha por Donna León en el libro La palabra se hizo carne, pero nada más lejos de esa ficción. El matadero es un espacio cultural alucinante,  donde reúnen un museo de artistas nuevos,  club de lectores (la casa del lector), una cantina,  teatros y filmoteca,  zonas para la botánica, y mucho más, si tenéis ocasión antes de viajar a Madrid mirad en Internet el programa de actividades del Matadero, y debe ser una visita obligatoria,  en serio. Eso en primavera debe ser gloria bendita.

Hay tantas cosas que quisiera escribir sobre este viaje,  por ejemplo que en el Vips tienen una pizza de galleta y helado!  Una auténtica locura!  Donde se ha visto eso? 
O que en el bus de transporte público hay wifi, cosa que el ave no tiene,  o que cuando tomas una caña tienes una tapa totalmente gratis!  La gente por lo general es super agradable, y te hacen sentir como en tu casa. 

Si tuviera que decir algo malo?  La relación calidad precio del transporte público: no está integrado como en Barcelona,  una t10 son sólo 10 viajes y ea más cara,  el metro pasa cada medio siglo,  es más estrecho y por lo tanto más incómodo,  pero allí conoces gente, porque nadie duda en hablarte.  Y algo que tampoco me gustó es que la parada de metro Sol ahora se llama Vodafone Sol, o viceversa,  pero me pareció un poco feo...

Un viaje memorable lleno de fantásticos recuerdos.  Gracias a gente tan maravillosa como mi familia Cancú, wn especial mi prima Melanie, mi amiga Pilar y su familia, y por supuesto Mike. 

Sospecho que pronto volveré,  no creo que vuelvan a pasar otros seis años.

domingo, 11 de octubre de 2015

La increíble pero cierta historia de cuando salí con un modelo

Lo bueno de ser single entre 25 y 45 años en una ciudad como Barcelona es que puedes conocer una gran cantidad de personas,  muchas de ellas interesantes,  otras pasan sin pena ni gloria,  unas se convierten en grandes amigos y a otra las quieres sólo como amigo de otras personas a las que tú no conoces ni tienes la intención de hacerlo.

Puedes ir quedando con uno y con otro hasta que llega el definitivo (por el momento), eso del definitivo es relativo,  pero no vamos a ponernos profundos ahora... La idea es explicar algo fresco, nuevo,  divertido y distendido.

Un día en esa página de ligar me llegó una solicitud para hablarme,  cuando vi la foto de perfil casi me caigo de la silla. 
-Madre mía!  Pero qué guapo!

Yo, que soy muy escéptica con eso de la foto de perfil, me  puse a Indagar inmediatamente en su perfil,  hacía mucho tiempo que no veía un chico tan guapo,  y hacía mucho tiempo que no veía un chico tan guapo interesarse en mí... y no es que los que se me acercaban eran feos, sino que este chico era realmente impresionante. Salía una foto sólo con unos vaqueros,  qué harían babear hasta a una monja,  una con un traje impecable como esos de las películas románticas,  otra más normalita.

Labios carnosos,  ojos  marrones verdosos, grandes y expresivos,  envueltos en unas pestañas muy negras y largas que le daban un aspecto soñador,  un toque bronceado, pelo muy negro y abundante,  vamos,  lo que diríamos un bombón. Tenía un cuerpazo muy trabajado pero no exagerado,  y una sonrisa espléndida que te hacía sonreír sólo de admirarla.

Acepté su solicitud para hablar,  a pesar de que sólo tenía 25 años,  pero cómo iba a rechazar esa oportunidad?  Entonces hablamos.  Hablando me di cuenta de que era muy muy joven y majo,  pero sobretodo joven,  cosa que en un futuro cercano podría ser un problema.

Lo primero que le dije fue:
- Tú eres consciente de que tengo 30 años y una hija?

Me encantan los críos! - me contestó.
Me quedé hipnotizada (o idiotizada) mirando el móvil y preguntándome si el hombre perfecto existía tenía que ser como ese.

Me explicó que trabajaba de modelo,  hacía prácticas en un gimnasio (todo esto viene porque acabo de salir del gimnasio con mi prima y me siento generosa, tanto como para explicar esta historia tan íntima) porque había hecho el módulo superior de actividades deportivas,  y que además trabajaba en una tienda de moda... chico guapo y activo!
El caso es que intercambiamos los teléfonos y empezamos a hablar y hablar,  era agradable,  pero no podía evitar sentir una ternura que no era normal.

La noche de la shopping nigth Naomie y yo nos fuimos de tiendas y le envié un mensaje para ver si le tocaba trabajar,  así podría verlo en persona,  tuvimos suerte, y además quería tener un testigo presencial por si me desmayaba o me quedaba muda delante del chico.  Naomie ya se refería a él como mi novio,  y a mi me entraba la risa tonta.

Pasamos por la tienda Guess, las dos somos muy fieles a ella,  y ahí tomamos un botellín de Codorniu,  y después nos dirigimos hacia donde trabajaba el bombón.  Antes de entrar me empecé a poner nerviosa: "Cómo tengo el pelo?  Espera que me pongo pintalabios,  un momento. "- Naomie me dijo: entramos ya!

La tienda estaba llena hasta los topes,  tanta gente a las 00.30h paseando por el centro.  De repente se detiene el tiempo,  bueno,  no se detuvo del todo,  pero todo empezó a ir a cámara lenta;  ya no me molestaba el ruido de la multitud,  ni la música tan alta que había en la tienda,  ni siquiera me molestaba que la gente me empujara para pasar,  porque ahí estaba él viniendo hacia mí. Tan guapo como en las fotos, mientras se acercaba sonreía, Naomie me daba golpecitos en el brazo para que espabilara, y yo estaba como cegada mirando al bombón...
- guapísima! Que tal?- me dijo mientras me daba dos besos.

- muy bien!  Aquí dando una vueltecita!
Naomie -bombón,  bombón- Naomie,  así los presenté (bombón no es su verdadero nombre).

- nos indicó donde podíamos tomar un gintónic, y cruzamos tres palabras más. 

Al cabo de una semana volvimos a quedar para tomar un café,  digo café porque yo tomé un café.  Él tomó un colacao. Sí,  un colacao. No le gustaba el café,  eso era para personas mayores.

Hablamos mucho rato,  y todo el rato me decía: Qué carita más bonita!

Mientras hablamos me di cuenta de que empecé a sentir una ternura profunda,  la misma que sentía cuando llegaba al trabajo y me abrazaban todos los niños,  me lo imaginaba como uno más, todo bonito,  entonces sus palabras empezaron a sonar como las de un niño,  de repente me di cuenta de que no podría ver más que un niño.  Uno de 5 años,  de esos que cada día me decían: Ruth,  avui estás molt guapa!

Qué rabia!  Si al menos se hubiera tomado un dichoso café

jueves, 1 de octubre de 2015

Una segunda oportunidad

Normalmente no suelo ir dos veces a un restaurante/bar/cafetería si la primera vez no me causó buena impresión, pero esta vez era una cuestión de supervivencia:

Había quedado para comer con Mike,  entre que llegué tarde,  una cosa y la otra, nos dieron las 16h y pico, la verdad es que el tiempo se detiene cuando estamos juntos,  para nosotros,  porque para el resto de las personas el mundo sigue girando igual.

Yo estaba muerta de hambre,  desde la 13h que tenía hora en la seguridad social para hacer unos papeles, y después tenía que ir a la tesorería,  y más cosas... nunca me iba a imaginar que cuando no tuviera trabajo tendría tan poco tiempo, las horas pasarían volando y los recados se multiplicarían,  haces tres y surgen ocho,  y así cada día.

El caso es que las cocinas de los restaurantes ya estaba cerradas y yo empecé a ponerme nerviosa, tenía que ir a clase y tenía hambre,  no quería esperar a que Mike cocinara porque quería estar ese rato con él disponible para mi y no en la cocina,  y aunque íbamos a tardar seguramente lo mismo que en un restaurante seguro que yo me iba a poner más nerviosa esperando.

Me dijo que nuestra única opción era ir al chino porque tenían la cocina abierta todo el día,  pero a mi no me apetecía nada,  hace siglos que no voy a un chino,  y ese no era el día más indicado para ir, le dije que definitivamente el chino No. También teníamos como opción una hamburguesería,  pero para ser sinceros,  no me gustan tanto, a diferencia de él que es un amante, yo quería algún plato caliente.

Al final acepté de muy mala gana ir al chino,  y aún sabiendo que podía sentarme mal la comida, se suponía que era nuestra única alternativa,  yo seguía  dudando de que fuera la única,  pero no quería discutir,  sólo quería comer.

Cuando llegamos a la puerta del chino vimos como cerraban la puerta del restaurante delante de nuestros ojos.  Hice un gesto dramático de "¡¿por qué?!"
Seguro que tenía que haber otra alternativa,  le pregunté si el restaurante Mabel estaba cerrado (ese en el que meses atrás me había tomado el segundo peor café de Barcelona)  y me dijo que el restaurante no,  pero la cocina si.  Le dije que al menos nos podrían hacer un bocata, ya me daba un poco igual la verdad,  era cuestión de supervivencia.

Así que fuimos y nos atendieron super amables, nos dieron la carta de bocadillos y platos combinados,  que ahora se llaman Brunch... tomamos un Brunch con un par de cañas.  Yo pedí pescado a la plancha con salsa tártara, ensalada y patatas fritas y él bistec,  huevos y patatas fritas... no creo que haya sido por el hambre,  pero estaba realmente bueno,  y el servicio muy correcto,  la relación calidad precio muy interesante. 

Dicen que segundas partes nunca fueron buenas,  pero para mí esta segunda parte ha sido la mejor.  Estoy segura de que volveré.

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Próxima parada: aeropuerto internacional de Miami

Saliendo de la aduana con el sentimiento de haber sido timada por los agentes que se quedaron con mi jamón,  pensé que podría haber sido peor, fuimos corriendo para facturar las maletas.

Yo arrastraba las dos grandes y Gabi la de mano,  la pobre corría detrás de mí y ya estaba cansada.  Cuando llegamos a la fila para facturar estaban llamando a los pasajeros que iban a California,  esa era su última llamada.  Cuando llegamos a la fila entonces me di cuenta de lo difícil que sería comunicarme sin hablar inglés.

Me colé como pude y con toda la cara del mundo y me acerqué a un chico,  Gabi me esperaba a unos pasos de distancia,  le dije amablemente que teníamos que llegar a Miami y que nuestro avión estaba a punto de salir, dicho esto le di los billetes,  él buscó información en el ordenador y meneó la cabeza,  introdujo unos datos e imprimió un papel,  tachó el billete anterior y me dio otro nuevo... yo estaba desconcertada porque aún pensaba que teníamos tiempo de tomar el avión de las 20.30h, pero no. Porque las maletas aún no estaban facturadas y quedaban unos 5 minutos para el despegue,  así que nos dio para el siguiente vuelo,  pero todo eso no lo supe hasta que llegamos al gate número 5, que fue la información que más recalcó.  Fuimos corriendo a la puerta de embarque y aún teníamos que esperar dos horas!

Vaya,  a esperar y esperar.  Fuimos al lavabo,  paseamos,  comimos y seguimos esperando.  Cuando llegó la hora me acerqué al mostrador y había retraso.  El avión estaba ahí,  pero entraba y salía gente.  La azafata anunció que el embarque se retrasaría 40 minutos,  tras 40 minutos otros 40, y tras esos 40 una hora y media.  Gabriela en un momento se sentó en el suelo y se durmió,  sentí una pena profunda y no tenía forma de comunicar a mis amigos el retraso.

Cuando logramos embarcar tres horas después,  parecía que estábamos en el polo norte,  hacía un frío increíble dentro del avión,  se podía cortar el aire acondicionado en cubitos de hielo.  Las dos nos dormimos heladas,  yo intentando calentar como podía a la niña,  sentí miedo de que se enfermara.

Cuando llegamos al aeropuerto internacional de Miami,  buscamos las maletas y salimos.  No había nadie esperándonos,  lo que más temía se había hecho realidad.  Buscamos por todas partes,  salimos y entramos,  y Gabi ya no podía con su cuerpecito huesudo,  estaba fuera de combate.  Tenía que cargar con las maletas y hacerla andar a ella medio dormida. Intenté varias veces llamar desde una cabina y solo me salía la voz de la operadora diciendo no sé qué de esta llamada,  pregunté a gente como tenía que marcar y las monedas que tenía que meter y nadie me daba una respuesta.  En aquellos momentos sentí mucho miedo,  pero muy dentro de mi sabía que saldría de esa situación.  Subí a la tercera planta y me quedé donde habían unos sofás,  la Gabi se puso a dormir en uno de ellos,  yo hablé con una señora para ver si me dejaba llamar,  pero me dijo que estaba esperando una llamada y no tenía batería.  Yo ya estaba totalmente desesperada,  y pedía a Dios un salida,  estaba exhausta y no podía pensar con claridad.

Pasó un señor,  su nombre es Armando,  un señor cubano que trabaja de limpieza  del aeropuerto,  le expliqué la situación y se me aguaron los ojos, aunque pude contener el llanto.  El hombre me dijo que nunca había visto un número tan largo y tal,  entre tanto vino otra señora cubana y él le explicó,  ella le dijo que marcara todos los números y él lo hizo.  Se comunicó con mi amigo Trixid, y le dio las coordenadas de donde estábamos.  Yo respiré y entonces sí se me escaparon las lágrimas viendo a Gabi dormir en aquel sofá y sabiendo que dentro de un par de horas todo estaría resuelto. 

Di gracias a Dios por haber puesto a aquel hombre en mi camino como un ángel.  Me puse al lado de la niña y no pude evitar dormirme un rato.  El señor Armando se paseaba por ahí para comprobar que estábamos bien,  a las 6.00h acabó su turno y vino a despedirse,  nos dijo que no nos fuéramos de ahí que mi amigo nos iba a recoger.  Una hora después llegó Trixid,  nunca me había alegrado tanto de ver a alguien,  y así mismo se lo dije.  Le expliqué la odisea y él me explicó la de ellos también.  Una falta de coordinación terrible

Pero todo había terminado bien,  al poco rato de estar en el coche llamó el señor Armando y le dijimos que estaba todo resuelto y le dimos infinitas gracias. Nunca me olvidaré de ese hombre y lo que hizo por nosotras en aquel momento.

Trixid nos llevó al Starbucks a buscar un café,  ese fue el principio de nuestra historia en Estados Unidos de América.