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jueves, 25 de abril de 2013

Día del libro y la Rosa

Cada 23 de abril en Cataluña se celebra la diada de Sant Jordi, una fiesta no festiva!
Para los que no estén familiarizados con ésta celebración les diré que es el gran día del libro y de la rosa de Cataluña. El chico regala a la chica una hermosa rosa y la chica regala al chico un buen libro. La chica puede ser hermana, amiga, prima, parienta, madre, o por supuesto, pareja. Lo mismo se aplica al chico. En mi caso particular me encanta comprar libros ese día, tanto para mi como para regalar; y no solo por el tanto por ciento de descuento...

La idea de la rosa viene de la leyenda de Sant Jordi, un apuesto caballero (lo de apuesto se da por supuesto, aunque cuando se explica la historia nunca se hace émfasi en lo de apuesto, sino en lo de valiente) salva a una princesa (la cual creo yo, que si no hubiera aparecido el caballero, se las hubiera ingeniado para librarse) de un malvado dragón que llevaba tiempo atemorizando el reino, que había acabado con todos loa animales de dicho reino y había quemado todos los sembrados, al haberse acabado los animales tuvieron que empezar a ofrecerle personas del pueblo, para que no los quemase a todos. La suerte de un sorteo hizo que la primera persona en ofrecer al peligroso dragón fuera la princesa. Oh, pobre dama en desgracia, condenada a una muerte cruel por culpa de aquella bestia sin alma. Cuando ya nadie tenía esperanzas, cuando ya la princesa estaba más muerta que viva, angustiada o resignada ya se daba por desaparecida de aquella tierra que tanto amaba. De repente apareció el caballero Sant Jordi en un caballo blanco y una reluciente armadura; fue una lucha encarnizada entre la bestia y el caballero, pero al final le atraviesa el corazón con su lanza ( o con su espada, depende quien cuente la historia) y el dragón maléfico se desangra. Cuando la sangre cae en el suelo, por arte de magia, o para confirmar la ruptura de la maldición que había acarreado el dragón, de aquella tierra ahora bendita, nació un hermoso rosal como señal de la paz y la prosperidad que esperaba a aquel reino. El caballero, como su nombre indica, caballerosamente ofreció una rosa a la princesa, le hizo una reverencia y se marchó.

 Ella muy agradecida quedó llorando de alegría porque sintió que volvió a nacer aquel día en el que el caballero le salvó la vida.

Espero que os haya gustado la leyenda. Para mí ha sido todo un placer contarla

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