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sábado, 16 de abril de 2016

La increíble pero cierta historia de cómo conocí a...

Desde el primer momento me hizo sudar,  me hizo llegar hasta el límite,  hasta el límite de mi resistencia.

Desde la noche del jueves que no me lo quito de la cabeza,  toda la noche pensando en él, en él y su madre!  Dios, qué dolor de cuerpo!

Eran las 9.45h del jueves,  estaba en la bici estática de la sala de máquinas del olímpic, nunca había ido tan temprano,  ese día sólo había tomado café, supongo que por eso llegué tan pronto.

Estaba con los cascos escuchando "por tu amor" de Jacy Velasquez, y además hablando por whatsapp con un amigo mío mientras pedaleaba, por eso me pasaron volando los primeros 15 minutos,  él se me acercó y me dijo nosequé de una clase  y yo toda decidida le dije que sí.  Nos pusimos en medio de la sala con unas esterillas en el suelo y empezó la clase de machaque abdominal. Madremia!

El resto de la clase eran de unos diez años menos que yo como mínimo,  mis pobres lumbares se estaban cargando,  pero intenté aguantar como una campeona. El trainer me miraba y me decía,  venga,  un poco más.  Pude resistir,  pero al final le dije,  oye, que yo ya tengo una edad para estas cosas!

Me sonrió incrédulo y me dijo que lo había hecho bien.

Después me fui a la cinta veinte minutos,  a la máquina de pectorales y solo pensaba ya en irme a mi casa,  no sin antes pasar por la sauna,  que para eso vengo al gimnasio.

Cuando estaba a punto de salir se me acercó para preguntar Qué tal iba (en ese momento me acordé de Mike,  siempre me decía que cuidado con los monitores de gimnasio,  que ya conocía muchas historias sobre ellos), le respondí con una amplia sonrisa que bien y le comenté que durante la clase de abdominales se me cargaban mucho las lumbares y que por eso no lo hice tan bien,  y me dijo un par de ejercicios para hacer en casa y fortalecer todo el cinturón lumbar;  además me dijo Los horarios en los que hacía la clase los otro días y se ofreció a ayudarme con ese problema.  Los días que no está en la sala de máquinas a esa hora,  está en aquagym, a pesar de mi reparo por ser una clase para la tercera edad,  me dijo que yo podría seguir un ritmo distinto y disfrutar igualmente al mismo tiempo que se fortalecen los músculos. A este paso la operación bikini 2016 empieza pronto,  tendré unos abdominales inferiores, superiores y oblicuos casi perfectos antes de junio.

Parece que el día que tanto había temido Mike había llegado,  el día en que me sacara un monitor en un chuflay (léase la próxima entrada de blog sobre el lenguaje dominicano).

Hoy lunes ya no tengo agujetas,  y vuelvo al gimnasio para ver a Dani, así se llama,  además es más alto que yo y moreno.

Esta es la increíble pero cierta historia de cómo conocí a Dani,  y de cómo conseguí un entrenador personal por mi bonita cara (en el olímpic es un servicio de pago).

Feliz lunes y a disfrutar!

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